martes, 20 de mayo de 2014

I'm back bitches!

Que no estaba muerto, estaba de parranda. Sí, amigos y amigas, enjuagaros bien los ojos y los órganos sexuales: el gurú de la filosofía del siglo XXI ha vuelto.
Después de casi 50 días de inactividad, hoy me he levantado blogger. Han resucitado en mí las ganas de provocar ardor de estómago al mundo y de hacer un poco el hijoputa (que pa' algo que se me da bien...).
En todo este tiempo han pasado un montón de cosas, a pesar de no ser un período de tiempo tan largo:
El Barça ha perdido la liga, la ha ganado y la ha vuelto a perder; un individu@ unisex ha ganado Eurovisión; una del PP ha matado a otra del PP... en fin, os dejo una tarde solos y me volvéis loco.
Con respecto al tema del fútbol no quiero incidir demasiado, ya que sino empezaré a rayarme con el susodicho deporte, como hago siempre.
Pero, a los dos otros temas sí que me gustaría referirme. Quiero ser muy respetuoso con el tema de Conchita Wurst (por cierto, wurst significa "salchicha" en alemán, sacad vuestras propias conclusiones), ya que es algo delicado quizás.
Bien, jamás he tenido ninguna desavenencia con el colectivo gay, es más, tengo algún amigo homosexual y por lo general son gente estupenda. Mi incomprensión surge a raíz de la antes citada Conchita Wurst. Veamos, me parece estupendo que cada uno sea totalmente libre en cuanto a su orientación sexual, y hay que respetar a cualquiera. Hasta ahí bien. Mi pregunta es: ¿qué necesidad hay de proclamar a los cuatro vientos ésto? Es decir, si te sientes mujer, cada uno es libre de travestirse, pero, ¿la barba? Está claro que tiene una connotación reivindicativa, o por lo menos así lo veo yo. Quiero decir, ¿por qué no limitarse a interpretar dicha canción y punto, y ser juzgado únicamente por tu voz? Este carácter de reivindicación del colectivo gay es como si tratase de normalizar la homosexualidad, cosa que me parece muy retro.
Me explico, considero que ésto ya está normalizado por la gran mayoría del mundo desarrollado, por lo que creo que sobra montar este numerito, porque de hecho, los espectadores no se quedaron con la voz de dicha persona, sino con la estética, y en un festival musical no debería de primar ésto precisamente.
Any ways, cada uno con su tema.
Por otra parte, quisiera comentar mi opinión sobre el tema "Isabel Carrasco", pero quiero ir más allá del asesinato. Bien, una vez ha fallecido esta persona, se han empezado a comentar muchas cosas acerca de su persona y ninguna buena. Al parecer, esta mujer tenía cogidas por los huevos a muchas personas y controlaba el cotarro en León al más puro estilo Berlusconi.
Y yo me pregunto ¿por qué esperar a que fallezca para juzgarla? Si se sabe que ha tenido actitudes, por lo menos, sospechosas de prevaricación, entre otros, ¿por qué nadie la ha investigado?
Y es que, bajo mi punto de vista, esta persona no debería de estar muerta, debería de estar en la cárcel. Y no por poco tiempo.
Evidentemente, una cosa no quita la otra, pero quizás, deberíamos de darnos cuenta y empezar a dejar de consentir que nuestros impuestos acaben pagando el fin de semana en Benidorm del político de turno.
Cambio y corto.


"Chorbo, por medio milloncito más no pasa nel, neno, que yo le piloto" - Luis Bárcenas, tirador de jabones en las duchas de Soto del Real.