lunes, 4 de noviembre de 2013

El curioso caso de Benjamin Toño. Las chicas tienen barba y no lo sabemos.

He vuelto a casa, hermanos y hermanas. Sé que me esperabais más que a la nueva portada de Intervíú, así que he decidido no demorar más tan angustiosa espera, a pesar de que he estado bastante ocupado tocándome los huevos.
El rollo es, que, no sé si os habéis dado cuenta, pero he puesto una pequeña encuesta en el margen superior derecho del blog para que votárais.
En vista del fracaso, he decidido hacer lo que hago siempre; es decir, hablar de lo que me sale del respetable.
Y hoy, amigos y amigas, en esta constelación de conocimiento y saber, he optado por hablar de la barba, éso que mis lectores más jóvenes no tienen y mis lectoras no deberían.
La barba es el primer invento del hombre: antes que la rueda, el fuego, o incluso el fuera de juego (ésto toca otro día). Y es que, el mundo empezó a rular un domingo a mediodía, a una hora tonta.
Dios, que estaba bastante aburrido y lampiño cual Cristiano Ronaldo, pensó y pensó, y se le ocurrió que necesitaba algo para rascarse y a la vez parecer interesante. Y en un destello de calidad Feca Neón, a Dios se le ocurrió tener barba. Y así hizo. ¿Os imagináis a Dios sin barba? La respuesta es clara. Y es que, la barba, representa la virilidad al estado puro. Es el sumum de lo machote, el culmen de la masculinidad.
Pero, la reflexión de hoy, va dirigida hacia el cambio experimentado después de ese momento en el que decides acabar con tu florida e impoluta barba de dos semanas.
Y es justo en ese preciso instante, cuando descubres el verdadero significado de la vida: ¡La barba es la piedra filosofal, amigos!
Cuando te sientas viejo, mayor, o que ha llegado tu momento, simplemente vete a frente de un espejo, y empieza a afeitarte esa barba que con tanto mimo habías dejado fermentar. El resultado es increíble. En apenas 15 minutos, serás 10 años más joven. Por lo tanto, esta técnica sirve para que nuestra esperanza de vida aumente. Y mucho.
¿Por qué créeis que las mujeres tienen mayor esperanza de vida? ¿Genética? Los cojones. Lo que pasa, es que ellas ya han descubierto el secreto (la mayoría). Afeitarse todos los días, te da un aspecto mucho más jovial, y permite ganar años de vida.
De nada, barbud@s.

"Yo las doy, y ellas se juntan" - Cañita Brava, sociólogo y diplomático gallego.

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