jueves, 2 de enero de 2014

Año nuevo, hígado nuevo.

Se acabó el 2013 y con él llegó la última borrachera del año. Lo cierto es que me la pillé venenosa (nuevo concepto) y acabé lamentabla.
La noche pintaba guay, y así fue. Teníamos barra libre y unas indumentarias increíblemente sexys dedicadas a las gatas del lugar. El rollo es, que nada más ponerse en verde el semáforo del alcohol, mis colegas y yo nos pusimos en la pole position y en unos 20 minutos habíamos amortizado nuestra barra libre y la de medio local más.
Yo me encontraba genial, pero resulta que a eso de las 7 de la mañana el mundo se me vino encima, y empecé a encontrarme fatal. Afortunadamente, pude llegar a casa con más pena que gloria y lo último que recuerdo es abrir el portal.
A partir de ahí mi mente me saludó siempre y mi primer recuerdo es estar comiendo un azucarillo para espabilar.
Entre tanto, mis familiares me contaron la liada.
Resulta que desperté a toda la casa paseando por el pasillo sin sentido, rollito sonámbulo. Después cuando puse a toda la casa arriba, comenzó un interrogatorio, el cual solamente constaba de una pregunta: ¿Cómo te llamas? Y ni eso sabía. No sé cómo cojones, pero estaba convencido de que me llamaba Mateo.
El rollo es que después de estar en cama más de 30 horas seguidas, sentí que volvía a nacer. Pero no solo hablaré de mí.
Resulta, que al día siguiente y después de reconstruir pedazos de mi noche, me entero de que a un chaval le revientan un vaso en la cara... Pero vamos a ver, ¿qué ostias os pasa? ¿Os créeis que Coruña es la ciudad sin ley o cómo va la movida?
No hay disculpa posible. Por lo que tengo entendido el chaval se puso pesado con una chica y el novio se volvió loco. Me la pela loco, si tu novia te quiere va a pasar de él y punto. Entiendo una bofetada, vale. Pero ¿romper un vaso en la cabeza a un chaval?
No sé quien fue el agresor ni el agredido, pero ojalá le metan un buen puro (no un Montecristo precisamente) a ese imbécil que se cree Clint Eastwood y que aprenda la lección.
En fin, se ve que los años cambian, pero la subnormalidad en Coruña se sigue repartiendo bastante equitativamente.
Feliz año gatas y gatos.

"¿50 pavos barra libre? Tu vieja, entiendes." - Eduard Punset, RRPP del Bosque durante la década de los 90's.

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