lunes, 28 de octubre de 2013

De chapones y Rafas Moras.

¿Alguna vez os habéis parado a pensar la cantidad de pseudomacarras de barrio que tienen como única meta en su vida mazarse en el gym? Yo tampoco.
Lo cierto, es que en este mundo en el que vivimos, cada vez prima más el físico. Chavales que, en su mayoría el único papel que han cubierto en su vida ha sido el higiénico; llegan al año 2013 con el propósito de seguir los pasos del gurú de los anabolizantes: Rafa Mora.
Me encanta el concepto "Rafa Mora", porque consiste en un joven que comenzó a perder pelo muy pronto, y para disimular la susodicha calva, un buen día decidió raparse. A partir de ahí, nuestro genio y figura, cambió su domicilio en casa de los Mora, por el gimnasio más cercano.
Sin un futuro prometedor, "El Tete", gastó todo su tiempo y su dinero en conseguir lo que muchos desean: estar mazao. Con más suerte que Rodolfo Bodipo, el calvito cuadrao, consiguió entrar en el programa estrella de la Telebasura española y el resto es historia.
Llegado a este punto, es cuando reflexiono: ¿Realmente tu vida es tan triste como para dedicarla en cuerpo y alma a amarrarte a un par de máquinas con la finalidad de tener más pecho que Pamela Anderson? Desgraciadamente sí.
Y con ello, quiero relacionar a los "frikis del gimnasio" con los "chapones".
Es simple. El cerebro es un músculo, el pectoral y los abdominales también. Si los chapones se caracterizan por estudiar y estudiar renunciando a su vida social, para obtener un asqueroso 10, fruto de las envidias del resto de compañeros; los rafamoras, se distinguen por hacer lo mismo con sus cuerpos, es decir, estamos ante un irónico ejemplo de que los extremos se juntan.
Dos grupos sociales que centran sus esfuerzos en mejorar un músculo de su cuerpo, rechazando a gran parte de la vida.
Pues bien amigos, en el punto medio me encuentro yo: con un expediente académico sin pena ni gloria, y un físico que añora épocas pasadas, me siento en la flor de la vida.
No renuncio a ver mis partidos de fútbol por un examen, o a una buena cerveza por una dieta milagrosa. No dejo de salir con mis amigos por hacer un trabajo, ni me privo de cenar una pizza para lucir tableta, pues el único six-pack que concibo es el de Estrella Galicia.
Lo que quiero decir, es que resulta fascinante, que chapones y rafamoras, se suelen llevar mal entre ellos, cuando, si te paras a pensar, son prácticamente iguales. Los extremos se atraen.

"Le dije a Bodipo: Si marcas hoy te renovamos el contrato. No marcó." - Augusto César Lendoiro.

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